Con 22 años, una profesión en la que de hecho es excepcional, amante de la música y el gimnasio, hoy nos abrazamos. El estaba sentado y cuando bajó su cabeza, vi en su cuello un tatuaje. Cuando estamos sorprendidos caemos en lo obvio y le dije - te tatuaste! -. Mi hijo respondió - si, cuándo estuve fuera de casa-. Un océano de cosas pasaron por mi mente, pero me detuve. Luego, le invite a salir al centro por unos comprados y también a que practique manejar un carro estándar. Como todo joven, gusta de la velocidad e ir junto al vehículo de adelante. - baja un poco, usa los retrovisores, cargate a la derecha, hace el cambio, le decía . Hicimos las compras y regresamos a la casa, luego fui a mi cuarto a prepararme a salir, de pronto llegó y me dijo - No sólo es un tatuaje también es este y este otro. Fue entonces que lo mire y le dije lo que tenía que decir y que no tuvo que ver con los tatuajes, si no con todas las decisiones, con todo el largo camino que tiene por recorrer. Me m