Ir al contenido principal

Nunca supe volver

JTContreras

Quién sabe si después de estos días encuentre el sendero de regreso a la normalidad  de mis tardes y  mis noches solares, porque siempre he sabido ir pero nunca he sabido regresar, la hierba crece y debora el camino de mi ser.

Cuando salí de casa de la abuela me gritó desde la hamaca: - hasta que me muera vas a volver-. La visité una semana antes de su muerte, unos 38 años después que vió como me perdí en el camino; de hecho volví, entrada por salida, pero nunca fue para quedarme.

Caminé tanto por dónde quise y me perdí de todas las formas posibles, pero hoy quisiera volver; fuí a muchos lugares, por muchos senderos caminé hasta hartarme.

Hoy tengo frío y extraño mucho a mi abuela, siempre me dijo: -Hay que morirse pero no de ganas, nunca de ganas. Hay seres que nos marcan, nos influyen y sus almas quedan revoloteando en este lado de la realidad. En mis crisis ella es la primera persona que se hace presente; mi abuela comerciante, productora de chicha; mi abuela boca torcida, por un derrame facial en su adolescencia, disimulaba con un puro eterno su defecto; se le plantó a los mozos, a ladrones comunes, también a uniformados y guerrilleros. No temía a vivos ni a muertos, tampoco a los espíritus chocarreros que siguieron a mi familia desde Berlín, Usulután.

Bajo el palo de morro me hizo no tener miedo  a un tal Marcell y al oscuro Jean Pauline, un padre y un maestro de mi vida pasada, almas sucias que me siguieron y me atormentaron desde cipote. Voy a dejar este enredo para otro día.

PD: No se les ocurra ir al Hospital General del ISSS, está infectado de COVID-19 y también han contaminado el Hospital de Niños Benjamín Bloom llevando pacientes adultos; no nos va a matar la pandemia ni el hambre, sino la estupidez. Hay que programar otro día para tener emergencias de salud, menos hoy; menos hoy. 


Comentarios

Entradas populares de este blog

Le llamaré vida

¿Puedo titular algo tan grande como la vida? ¿Acaso puedo poner un tema sobre algo desconocido, incierto e incluso invisible? Menos lo puedo saber. Veo lo que está delante de mí, aunque tampoco lo entiendo. Veo cómo en ocasiones el dolor se apresura sobre mí para quedarse durante muchos días. Mientras que la felicidad apenas se asoma. ¿Qué puedo esperar cuando no hay nada que esperar? ¿Cómo puedo anhelar cuando no hay deseo? El deseo huyó lejos. Mientras tanto, veo mi sombra proyectada sobre una roca eterna. Quizá a esto le llamaré vida.

Engañados por su engaño

Siempre hay uno que engaña a una tercera parte. Siempre hay uno que mueve a muchos. Siempre hay uno que engaña para hacerse un trono. Siempre hay uno que dice: "No morirás". Siempre hay muchos que además son engañados por su propio engaño. Desde épocas y tiempos; El uno, así como los demás, Serán derribados por su altivez. 

Hijo tené cuidado

Al salir por la mañana el clima estaba fresco, el vehículo tardó en encender; eran las 6:05, aunque parecía más temprano, da la impresión que el sol ya comenzó a salir mas tarde y a ocultarse antes; mi madre se asoma a decirme: "Tené cuidado, Dios te bendiga".  A sus 86 años mi mamá representa una generación de padres que marcó la pauta y no rehusó la responsabilidad de formar y educar. Todos los nacidos entre los 60's y 70's supimos que una mirada representaba un: "váyase para su cuarto que esta es una plática de adultos", "después hablamos". Mis padres no amagaban ni se arrepentían: verguiada ofrecida, verguiada dada.  La sicología del chancletazo, cincho, jalón de pelo, pellizco; no faltaba en casa; otros, se vieron expuestos a doctrinas radicales, como: el cordón de la plancha, la raja de leña, el lazo con aceite, a lamerse la espalda con sal para resolver conflictos entre hermanos. Mi madre cursó hasta segundo grado de primaria, pero eso le b