Mientras esperaba una luz roja, un ángel descendió frente a mí comenzó a hacer malabares con dos naranjas lo intentó una y otra vez, y siempre caían al suelo al final de la luz hizo una reverencia se acercó para pedir unas monedas, su papá, o quién le cuida o quién le explota, estaba a unos 3 metros, embebido en su celular. Habrá tenido ese ángel 5 años su piel tostada por el sol, un vestido rojo y unas ganas de un abrazo; la luz verde llegó para mí, ella se quedó en un eterno amarillo de desesperanza
Permanecerán los rincones infinitos guardando secretos eternos.