Siempre mar siempre eterno Los viajes al mar en temporada, siempre fueron un destino familiar seguro. El mar siempre inmenso, siempre más allá de la imaginación , siempre dispuesto a todos, pobres, ricos, conservadores, liberales, poetas, amantes del amor, amantes del licor, amantes del mundo. Cada viaje que mi padre organizaba era una excursión a otro mundo. Nos acompañaban en exceso, las ganas y la necesidad, y más aún la felicidad para flotar en el mundo hecho a la medida de mi papá. Mi madre nos llevaba de la mano del conservadurismo, mi padre era la corona de la euforia. Cuando no teníamos vehículo, íbamos en bus, cargando casi con la casa para poder pasarla bien, después de todo, el mar está a unos 30 minutos de San Salvador. A cada centímetro recorrido preguntábamos si ya íbamos a llegar, peleábamos por ir al lado de la ventana y mirar la línea azul que aparecía en el horizonte, era como llegar a las puertas del cielo , mis padres nos enseñaron sin saber a amar l
Permanecerán los rincones infinitos guardando secretos eternos.