Días antes de Navidad, mi hijo junto a un ex compañero de estudios de la escuela de gastronomía comenzó un negocio de comida a domicilio por encargo. Cada día, desde temprano junto al socio inician los preparativos, definen el plato del día, los costos, hacen las compras, para antes de las 11:30 comenzar a repartir los pedidos. En esa parte, colaboro con el negocio. Desde el principio ha vendido todo lo que ha preparado, aún ha atendido un par de eventos festivos bastante grandes para la capacidad y experiencia que tienen. Este día fue diferente, dramáticamente opuesto, pues sin haber tenido encargos decidieron hacer una cantidad de platillos e ir a ofrecerles a los clientes. "Sorpresa no vendió ni uno" a nadie le pareció el menú. Salimos rápidamente para ir a estacionarnos sobre un carril anexo del Blv. Los Próceres a la altura de la empresa Gevesa donde siempre hay personas en vehículos vendiendo comida casera, también, Hot dogs, tacos y pizza en porciones. Estuvimos un