Música suave, clima frío, y nervios inquietos.
La guitarra saca las notas sin presión, la voz del trovador satisface al que pasa y al que le viene al recuerdo.
Se vive por arte ,por ganas, mas que por obligación.
Los motores truenan ,el semáforo cambia de luz y todos van a ningún lado.
Él trovador sigue rasgando las cuerdas de su guitarra , un viejo se detiene y comienza a bailar.
Así nada más.
¿Puedo titular algo tan grande como la vida? ¿Acaso puedo poner un tema sobre algo desconocido, incierto e incluso invisible? Menos lo puedo saber. Veo lo que está delante de mí, aunque tampoco lo entiendo. Veo cómo en ocasiones el dolor se apresura sobre mí para quedarse durante muchos días. Mientras que la felicidad apenas se asoma. ¿Qué puedo esperar cuando no hay nada que esperar? ¿Cómo puedo anhelar cuando no hay deseo? El deseo huyó lejos. Mientras tanto, veo mi sombra proyectada sobre una roca eterna. Quizá a esto le llamaré vida.
Comentarios
Publicar un comentario