Las azoteas y el aire están saturadas de pregoneros de verdades ajenas,
Y cada día aullan más por contienda que por dolor,
también están los que motivan y se desmoronan,
los que aconsejan y no hacen.
Somos la era de lo ficticio, lo vacío, lo superfluo, lo pagano;
hoy leí en un rincón del miedo a alguien que escribió: "Buenos días", me pareció tan natural y grandioso.
Urge volver a la realidad y hacer cada uno lo que le toca,
la web es una cobra que hay que saber encantar,
la realidad es un suspiro y los sueños hay que sacarlos al tendedero,
hoy que ya pasó la lluvia.
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