Provoca indignación la ligereza con que se destruye la vida del prójimo, gritando disparates desde el anonimato. La moda es decir cosas que sepan a prudencia para repellar las desgracias de nuestra propia alma.
Generación de víboras. Cada uno ha de dar cuenta de cada palabra y pujido salidos de nuestros inmisericordes corazones.
No cubrimos al desnudo ni acallamos al hambriento y del sediento disimulamos el ojo; pero gritamos desde la azotea de la iglesia: "Dios te bendiga".
!!! No jodan !!!
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