Al regresar a casa, venía caminando sobre la calle 15 de Septiembre, de la Plaza El Trovador hacia el Barrio Modelo; delante de mí a unos 15 metros, un anciano de pronto cayó sobre la acera que se convierte en grada al llegar a la entrada de ciertos condominios. El hombre de unos 85 años quedó sentado y no podía levantarse, le pregunté si le podía ayudar y accedió con su cabeza; con gran dificultad artículó su cuerpo y siguió lentamente su camino.
En ese tramo simplemente no hay aceras y en los tramos que hay no pueden caminar dos personas en sentido contrario; el que va en el extremo tiene que bajar al asfalto y queda expuesto al tráfico pesado que transita sobre esa calle; esto puede parecerle intrascendente, el problema es que cientos de peatones de todas las edades caminan por esos "remedos de aceras". A quien corresponde nunca le importa; las autoridades competentes no entienden que el desarrollo no son esas cifras porcentuales que exponen en sus discursos.
En el Centro de San Salvador, igual se tiene que ser diestro en esquivar el tráfico porque las aceras están ocupadas por el comercio informal; obviamente las cosas no van a cambiar de la noche a la mañana, el problema es que los políticos demagogos no entienden la vida cotidiana de su pueblo.
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