Se nos están terminando las estrategias para sobrellevar el encierro al qué nos ha obligado el COVID-19; ya se limpió la casa, se cambió la disposición de los cuartos, se han tratado los temas familiares siempre postergados por falta de tiempo, también se han finalizado ésas discusiones infinitas; así como se ha tenido la oportunidad de hablar con amigos, enemigos, vecinos y extraños. A otros, los menos sociables, la distancia social los ha coronado; pero a estas alturas a unos y a los otros, ya nos está carcomiendo el encierro porque extrañamos y añoramos la forma anterior de vida, ese ritmo arritmico de nuestras particulares existencias.
Pero ahora, mientras la puesta del sol desciende sobre el patio de mi casa, me pregunto: ¿Cuándo los gobernantes, entidades de salud o quién tenga los pantalones bien puestos va a tener la entereza de decirnos la fatídica noticia de que las presentes cuarentenas se seguirán extendiendo durante algunos meses más? Porque una reactivación gradual de la economía no es viable ante un virus que no se termina de conocer, porque una reinfeccion es más probable que la inmunidad de un paciente recuperado. ¿Cuándo van a ser claros e informarnos que la creación de una vacuna puede llevar un poco más de 12 meses y que su producción masiva tardará otro tanto de tiempo? Otro panorama es que algunos países esperan que con la llegada de un clima más cálido el Coronavirus irá cediendo, pero ¿Qué, de los que estamos en climas calientes y vemos que eso no lo ha detenido?
Finalmente algunos son de la teoría que el COVID-19 vino como un visitante que estará retornando a darnos un vistazo cada año, cuál fuera el caso, todos los escenarios posibles apuntan a que tendremos que acostumbrarnos a dejar colgados en la pared de los recuerdos los fuertes apretones de manos, los abrazos efusivos, los saludos de besos; también tenemos que inventarnos cómo ser productivos sin contagiarse, fortalecer nuestro sistema de inmunidad y finalmente sobrevivir a las arbitrariedades de los que toman decisiones y sus criterios improvisados. En conclusión durante un tiempo nos seguiremos extrañando.
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